Historia y Cultura
El patrimonio y la cultura interpretan, como testigos de la historia un papel esencial en la expresión de la identidad de un municipio y, sin duda una de las principales razones que contribuye al desarrollo turístico de Morón de la Frontera, es su carácter de ciudad histórica, con un pasado que se remonta al Paleolítico, etapa en la que pueden fecharse dólmenes hallados en el municipio. Por los vestigios encontrados, parece que ya fue lugar de asentamientos en el Calcolítico.
Del período prehistórico han aparecido múltiples restos, dispersos por una gran variedad de asentamientos. Así, en el conocido como de “ Santisteban”, se han hallado muestras de cerámica, platos, cazuelas, ollas lobulares, piezas de decoración, puntas de flecha y dientes de hoz. Todo ello perteneciente a la etapa inicial del Calcolítico. En la zona de Peñiagua Alta, se descubrieron un taller de sílex y restos de tallas, entre otros elementos. Además, en las zonas de “ La California”, Cerro Valencia y “ Casa del Muerto”, entre otras, también han aparecido vestigios prehistóricos.
Del mismo modo, las manifestaciones funerarias en grupo también son numerosas y están dispersas por los cortijos de “ Armijo”, “ Las Encarnaciones”, “ La Morona” y las “ Gordillas”. Además, se han hallado numerosos dólmenes aislados como el de “ El Acebuche”, el dolmen de la Párraga, el de “ El Hoyo del Gigante” y “ Cardachapines”.
Los orígenes de Morón como entidad de población civilizada se remontan a los fenicios. También se tiene constancia de las épocas romana y visigoda por los restos encontrados en el centro de la ciudad y sus alrededores. De esta etapa, se han hallado sarcófagos y ladrillos decorados.
Mauror, de los moros.
Probablemente, el primer doblamiento urbano tuvo lugar en la antigüedad tardía y fue protagonizado por inmigrantes norteafricanos. Así parece indicarlo la más primitiva denominación de Morón de la Frontera, Mauror, con la que los pobladores cercanos llamaban a esta localidad y que es una evolución del término latino, maurorum o, lo que es lo mismo, de los moros. No obstante, historiadores de la antigüedad como Estrabón ya daban a esta ciudad el nombre de “ Almourol”.
En el transcurso de la dominación árabe( 716-1240), su población se desarrolló extraordinariamente, de manera que desbordó los muros de la ciudadela fortificada. Tras la caída del califato y la incorporación al sistema de reinos de Taifas, en el siglo XI, Morón alcanzó su mayor apogeo, hasta llegar a convertirse en capital de uno de estos reinos.
De la frontera.
Del período musulmán se conserva el castillo, que fue sede de ese importante reino taifa ( de 1018 a 1066) hasta la reconquista cristiana que llevó a cabo Fernando III el Santo en 1240. Tras ello, Morón vive durante más de dos siglos como ciudad fronteriza, hecho al que debe parte de su denominación actual.
En 1253, Alfonso X el Sabio entrega el castillo y la villa moronense al Ayuntamiento de Sevilla como término de la ciudad hispalense, a condición de que mantuviera la defensa de su castillo. Más tarde, al no poder mantener los gastos, el Ayuntamiento sevillano reintegró Morón a la Corona, a la que perteneció hasta 1285, año en que el rey Sancho IV lo da en señorío a la Orden de Alcántara. La villa de Morón estuvo bajo el poder de esta orden hasta 1378, cuando fue devuelta a la Corona de Castilla, durante el reinado de Enrique II. Éste la cedió como señorío a su hijo del mismo nombre, nacido fuera del matrimonio con doña Beatriz Ponce de León. Al morir éste sin sucesión, Juan I cede de nuevo la villa a la Orden de Alcántara.
En 1461, esta orden permuta Morón, el Castillo de Cote y Arahal por otras propiedades. De este modo, la villa moronense pasa a pertenecer a los Téllez Girón, condes de Ureña, de cuyo linaje proceden los duques de Osuna. Éstos la controlarían hasta el siglo XVII, en el que se abolen los señoríos.
Desde 1894 ostenta el título de ciudad.
Economía: Antes de finalizar el siglo XIX se produjeron tres hechos relevantes: la inauguración de la línea ferroviaria Morón-Sevilla (1.864), la salida a la luz del primer periódico local impreso La Razón (1.885) y la concesión a esta villa del título de Ciudad por la Reina María Cristina (1.894).
Desde finales del siglo XIX hasta las primeras décadas del XX, proliferaron algunas industrias de aceite, aceitunas, cemento y cal, contribuyendo al desarrollo económico e industrial de Morón.
En los años 40 y 50, la construcción de la Base Aérea Española (1.944) y Americana (a partir de 1.956) atrajo mucha mano de obra especializada, provocando un considerable aumento de la población.
En la historia moderna hay que destacar la transformación urbanística, y el desarrollo económico de la ciudad relacionado fundamentalmente con los materiales de construcción (cal, yeso, carpintería metálica y madera) la agricultura (olivar, girasol y trigo) la industria agroalimentaria (aceite de oliva, aceituna de mesa, mataderos de aves y piezas mayores) las empresas de artes gráficas y el comercio minorista.
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